martes, 11 de mayo de 2010

Conflictos.

Como en todas la escuelas, es común que se presenten conflictos.

Sin embargo, hay sólo uno que a mi me presenta un inconveniente: La actitud de las personas.

Podría poner una lista inacabable de problemas en la infraestructura de la preparatoria, sin embargo, no quiero tomar problemas que conlleven a hacer uso del dinero.

Porque, algunos de ellos podrían tomarse sólo por vanidad. Por ejemplo, me encantaría que cambiaran el color tan deprimente que decidieron poner en las paredes, el material que se utiliza en las clases recreativas (cuyo nombre cambiaron de “educación física” a nombres variados, que son muy problemáticos como para recordarlos y, aun así, sigue siendo educación física) no es, muchas veces, adecuado; se le encuentra maltratado, desinflado, y en ocasiones, insuficiente. Lo más típico: problemas sanitarios; ya sea la falta de papel, de higiene, jabón, o agua. Los ventanales no parecen seguros (Aunque quizá sean imaginaciones mías, pero lucen frágiles). Ya no se puede decir que las bancas sean un problema, ya que fueron cambiadas por nuevas, que resultan mucho mas cómodas y agradables (por omitir el “útiles”). Respecto a lo físico, creo que sólo plantearé algo que, si bien no me representa ningún problema en lo personal, si me molesta: No hay suficientes rampas para discapacitados.

Por esas si que voy a alegar. Una institución que alega de tener aparatos y espacios, privilegios y oportunidades de las que otras escuelas no gozan, no se digna a poner rampas en las escaleras que dan a los salones ¡Incluso eh encontrado escuelas con elevadores especiales para sillas de ruedas! Dejando de lado la economía, ese es un factor obligatorio por parte de la escuela; ya que si bien, no se ha presentado un caso así, no se descarta que pudiera haberlo.

Para poder dar soluciones a problemas como estos, necesitaría tener acceso a los campos financieros de la UDG. Porque sería irracional exigir soluciones a problemas de los cuales no tenemos idea de lo que haya detrás. La solución a un problema generara otro problema, por ende se debe pensar cuál sería el problema que resulta menos problemático de resolver. Aquel que cause menos conflictos.

Para dar una solución, se deben tener en cuenta muchos factores, no sólo el exigir que se quiere una solución.

Por ello, eh decidido dejar de lado los problemas que enredan cuestiones de dinero. La educación es lo importante aquí.

Después de todo y a fin de cuentas, se trata de una escuela.

No porque los métodos san malos, ni porque los establecimientos sean inapropiados; ahora si que, como dice mi abuela “si se trata de aprender, hasta debajo de un árbol” Sin embargo, es la actitud de las personas la que nos va destruyendo lentamente.

Podría asegurar que, mas que quejarse, los alumnos reirían por encontrarse con una banca sin patas, un salón sin ventana, un pizarrón manchado… Si se tratara sólo de aprender, esas cosas carecerían un poco de importancia, desde el humilde punto de vista sediento de conocimientos. Claro que sería fenomenal tener todas las comodidades del mundo! Jamás negaría eso, pero, es la actitud de las personas la que me molesta.

La intolerancia e irracionalidad por parte de algunos de los profesores, que se desviven dejando tareas que no revisaran, haciéndonos desvivir y desgastarnos pensando que si las tomaran en cuenta. Su inconsciencia dejando kilos de tarea, sin recordar que tenemos un mínimo de ocho materias que cursar, de las cuales por lo menos tres maestros se sentirán los únicos con derecho de dejar tarea.

Nadie se quejará de que un maestro no asista; pero, seamos realistas ¿A qué rayos vamos a la escuela, si el profesor no va a hacer gala de presencia?

Ahora vale, no son sólo los profesores los que son un problema; eso es mas que obvio. Pero me iré por “orden”.

Las secretarias tiene una actitud del demonio, de la cual, los alumnos y nadie mas somos las victimas.

El servicio es peor que el bancario; te mandan de ventanilla en ventanilla hasta tener la oportunidad de decirte que “tu” secretaria ya se retiro y no te pueden atender; que el director no está, que el coordinador no esta, que no hay nadie que pueda hacer nada por ti en ese momento… Entonces se te dan las tres de la tarde, y no resolviste nada de lo que necesitabas. Si pierdes tu credencial (cosa que, seamos realistas, a cualquiera puede pasarle, no es por irresponsables. Habiendo tantos problemas en la vida, olvidar una credencial resulta una minimiedad) pese a que vas a pagar de nuevo por ella, y con una foto que no te agrada en absoluto, tarda milenios en llegarte, sólo por que la secretaria no te la quiere entregar (y no lo digo con saña, muchas veces es por que ella no te la quiere dar, por que las credenciales no se tardan tanto).

Incluso hay ocasiones en que ni siquiera sabes quién demonios es tu secretaria, por que jamás en tu vida la has visto en la ventanilla que se supone, debería estar… ¿Entonces con quién rayos voy cuando necesite algún documento?

Todo, o gran parte del profesorado para diciendo que pueden ayudarte cuando tengas algún problema personal… En muchos sentidos, eso no es verdad. Digo, como experiencia propia, que el servicio de psicología es bastante decadente.

Son mas los problemas que carga un estudiante, internamente, que los que le importan que haya con la infraestructura del edificio.

Además, las reglas están para romperse ¿Que no? Si no, ¿Por qué se puede observar a personas fumando dentro del plantel? Hasta donde yo sé, durante un largo periodo, hubo un increíble y suficientemente grande letrero de “prohibido por ley, fumar dentro del plantel” Los cigarros se venden dentro del plantel. Me pregunto ¿cuantos de los que compran serán ya, mayores de edad, como establece la ley que se debe vender el tabaco?

No son sólo los profesores o el cuerpo de trabajadores lo que es el problema (contando al director al cual, dentro de toda mi estancia en la escuela, sólo eh visto una vez, y eso porque estuvimos esperándolo a que llegara a su oficina durante casi dos semanas consecutivas) El mismo cuero estudiantil es un desastre. Vaya que, no tengo ni la mas mínima idea de quién es el fulano que nos representa como estudiantes! Si, quizá sea mi responsabilidad indagar un poco, pero asumo que debió ser su responsabilidad presentarse ante cada grupo de las personas a las que va a representar.

Quiero decir, el mismo cuerpo estudiantil, “SOMOS” un desastre, puesto que sería hipócrita de mi parte, no incluirme en él.

La actitud de la juventud actual, es un asco de actitud. EL respeto se ha ido por el reverendo caño, la responsabilidad se ha tornado casi innecesaria, la tolerancia y honestidad son como un mito. Somos incapaces de forjar un mañana que valga la pena, porque hemos caído en el egoísmo típico que sentimos como “felicidad”. “Sólo me importo yo, y con eso es mas que suficiente” No sólo nosotros, sino todas las personas a nuestro alrededor. ¿De dónde consumir un buen ejemplo si estamos cegados por el ego? ¿Cómo mejorar una institución si somos incapaces de mejorarnos nosotros mismos?

No queremos ventanas rotas, pero no dejamos de arrojarles cosas; no queremos salones sucios, pero no dejamos de arrojar basura; no queremos un mundo contaminado, pero no nos dignamos a reciclar ni ahorrar. Exigimos bancas apropiadas, y no nos detenemos cuando queremos rayarlas; exigimos productos de limpieza y ¿acaso los usamos adecuadamente?, queremos atención y ¿la prestamos a cambio? Principio de intercambio equivalente: Para recibir, se tiene que dar algo del mismo valor. Tú me das tu respeto y sinceridad, yo te doy mi confianza.

La actitud de las personas es lo único que yo considero un problema que merezca la pena mencionar.

No me gusta quedarme callada, pero me desanima escribir para oídos sordos que captaran lo que se les dice, tan sólo los primeros cinco minutos de lectura.

Tratar de resolver un problema, que involucra directamente a una sociedad egoísta que se niega a cambiar, pese a estar de acuerdo con el problema y la solución, poner cara de pena y no cambiar nada en absoluto, seguir exigiendo pero no dar… Eso, aunque yo buscara una solución para “ese” problema… Es como escribir una carta para un ciego que no tiene quién le lea.

No asientan cuando lean esto. No digan “sea quién sea, creo que tiene la razón” Si no están dispuestos a modificar sus actos después de pensarlo.

Si no piensan cambiar, por lo menos, y lo pido como un favor, no lo exijo, ni lo ruego, ni lo espero mucho menos pero, si no piensan cambiar sus actos, al menos, no sean hipócritas con las palabras que leen.

Esto no es una solución. El hablarle a alguien probablemente no cambiara nada si se hace de oídos sordos y vistas ciegas. Cambiaré yo, según como creo que debo hacerlo; eso será lo único que me valdrá la pena.