Hubo una vez una fecha muy especial… Algunas personas dicen que alguien nació en esa fecha; una persona que cambió el mundo.
Pasó el tiempo y, pese a que todos festejaban la fecha, se habían olvidado de él. Sin embargo, no era esto del todo malo, las personas seguían entendiendo que era una fecha para amarse.
No obstante, el mundo se torció, las personas comenzaron a olvidar, ni siquiera recordaban su nombre, se empeñaban en un viejo gordo que cargaba bolsas de regalos “Regalos para todos~ Hohoho~” Gritaba y cantaba aquel hombre gordo, predicando un amor que nadie entendía. Un amor que ya no existía. Un amor material.
Un día alguien lloró.
Hubo una vez alguien que lloró. Lloró porque no podía sentir más. Lloró porque no quería más regalos. Lloró porque ya no podía soportarlo, porque no podía ser mas si mismo.
Hubo una vez alguien que lloró porque entendió, fuerte y claro, que lo habíamos perdido todo…
Hubo una vez una fecha muy especial… hubo una vez una fecha muy especial, en que alguien nació.
Hubo una vez una fecha muy especial… hubo una vez una fecha muy especial en que alguien nació, fue olvidado y lloró.
Hubo una vez una fecha muy especial… hubo una vez una fecha muy especial en que alguien nació, fue olvidado, lloró, y se dio cuenta de la verdad.
Hubo una vez, una fecha muy especial en que alguien recordó que había algo que recordar. Una fecha muy especial en la que tenía a quién amar. Una fecha muy especial en la que no debía llorar.
Entonces sonrió y se dio cuenta. Aun había ese momento, esa fecha aun existía, aun podía llorar, por lo tanto todavía podía sentir, por lo tanto aún podía amar.
Hubo una vez una fecha muy especial en que alguien nació, fue olvidado y lloró. Se levantó, sonrió y se dio cuenta que no había desaparecido; se encontró con aquella persona que no le había olvidado y juntos se dieron un abrazo, que valía mil veces lo que los regalos de la enorme bolsa de aquel hombre gordo y sonriente. Juntos rieron, lloraron de felicidad, cantaron, se abrazaron y recordaron… recordaron que aun, pese a que nos hayamos olvidado, nos amamos.
Es para que te enteres, que aun vales para mi, que eres importante, que hoy, de tu parte, no quiero un regalo, que no me hará mas feliz de lo que un abrazo, un recuerdo, una sonrisa, una palabra tuya me hará.
Que sólo me hace falta saber que aun estás enterado de que existo.
Porque hubo una vez una fecha muy especial… una fecha muy especial en que recordé que había todavía una razón para amar. La razón es que todavía hay vida.
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